Japón parecía interconectar cada línea de sus estructuras con cada rama en su vegetación. La arquitectura tradicional se percibía con los sentidos a través de las frías y lluviosas tardes de caminatas.
Los techos antiguos a dos aguas asemejan grandes montañas, la delicadeza de sus estructuras en madera sigue las mismas formas de las ramas y las hojas, la grandiosidad de los complejos asemeja la fuerza y altura de los árboles, las tonalidades escogidas las construcciones se logran mimetizar como maleza o se acentúan vívidas como flores. Todo parece ser un perfecto balance entre sencillez y complejidad.
Ese estrecho vínculo entre creación y naturaleza genera un profundo respeto palpable en la construcción de cada edificación, de cada jardín, de cada espacio. Pareciera que todo lo hecho por la mano humana se tratara de una reverencia a la naturaleza con estructuras casi perfectas que asemejan esculturas. Es como si a escala, todo se tratase de un gigantesco jardín Zen.
Existe un punto clave que delata esta relación construcción-naturaleza: la honestidad en el uso de los materiales. Si pudiéramos hacer una analogía entre el sistema estructural de un árbol y el de un edificio, nos daríamos cuenta de una gran cantidad de similitudes. Las profundas raíces del árbol se asemejan a las cimentaciones en una edificación que actúan como sustento. De igual manera, el tronco se equipara a las columnas o pilares estructurales donde todas las cargas bajan hacia los cimientos, además de esto, el esqueleto de un edificio es aparente, es decir, no se recubre, se tapa o esconde. Nada es disfrazado.
Las ramas van de acuerdo a las lozas o volados y las hojas igualan a la labor de las techumbres en teja, quienes, las dos por igual, tienen un propósito utilitario. Por un lado, las hojas responden al clima, en primavera y verano tupen a las ramas para darle protección y absorber los rayos del sol, mientras que en el invierno se caen para ceder el paso a los rayos del sol. A su vez, la teja aísla la temperatura y direcciona la nieve o el agua de la lluvia, no se trata solamente de un ornamento, sino que tiene una función y una razón de ser clara y ordenada.
La arquitectura tradicional japonesa ha sido íntimamente influenciada por varias religiones antiguas como el Sintoísmo, el Taoísmo y el Budismo Sōtō-Zen. Estas creencias y maneras de vivir permean la mayoría de los aspectos de su cultura. Caminando lentamente por aquellos jardines, pensaba que tal vez esa sea la causa de que estos lugares emanen una inmensa y mágica paz.
La contemplación ha sido una herramienta fundamental en la comprensión y devoción que los japonenses tienen a su entorno. Al cada elemento tener un porqué, cada planta un espacio, cada ornamento un meticuloso trabajo, la ferviente búsqueda de la perfección en un mundo imperfecto hacen de estos lugares un hermoso hábitat construido.
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English
Built habitat
Japan seemed to interconnect each line of its structures, with each branch of its vegetation. Traditional architecture is perceived with the senses through my cold and rainy afternoons walks.
The old two pitch roofs resemble large mountains, the delicacy of its wood structures follows the same shapes of the branches and leaves, the grandeur of the architectural complexes resembles the strength and height of the trees, the colors chosen for each building blend into the landscape or accentuate itself in vivid colours such as flowers.
Everything seems to be a perfect balance between simplicity and complexity. The close bond between creation and nature leads to a profound respect palpable in the construction of each building, each garden and each area. It seems that everything done by the human hand is a reverence to nature with almost perfect structures that resemble sculptures. I felt I was walking thru of a gigantic scaled Zen garden.
Japan’s traditional architecture has a very strong bond with ancient religions such as Shintoism, Taoism and Sōtō-Zen Buddhism. This ways of been are deeply rooted to every aspect of their culture.Walking slowly thru those places I kept thinking perhaps that’s the reason I felt such and immense and magical peace.
Contemplation has been a fundamental tool in the comprehension and devotion that Japanese have to their environment. Each item has its purpose, each stone its place, each ornament its meticulous work, the fervent quest for perfection in an imperfect world make these places a beautiful built habitat.